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Pon atención a la vida



Por: Marcela Cuevas

« El único camino para averiguar en qué consiste esta vida es el intento paciente y lento de dar sentido a las realidades del pasado y a las posibilidades del futuro tal como pueden entenderse en el presente. » (Csikszentmihalyi, 2013)



¡Vacúnate contra el miedo!

Vivir no es otra cosa que experimentar la vida por medio de nuestro hacer, nuestro sentir y nuestro pensar en un tiempo determinado que da lugar a nuestras experiencias, de estas depende la calidad de nuestra vida.

La vivencia de esta pandemia nos confronta con la fragilidad de la vida y con lo efímero del tiempo, los dos bienes más valiosos que tenemos y que suceden sin que podamos detenerlos. Nuestra tarea entonces es reconocer el don que Dios nos da de poder gozar y disfrutar de la vida y del tiempo.

Podemos ser conscientes de nuestro camino si entrenamos nuestra mente y nuestra atención para conectar con el mundo a través de nuestros sentidos, nuestras sensaciones corporales y nuestros pensamientos. (Siegel, 2017).

Para ello podemos desarrollar la capacidad de poner atención a nuestra propia atención, es decir, dirigir la atención a observar y ocuparnos de las sensaciones, las emociones y los pensamientos, como si pudiéramos reflexionar sobre nuestro mundo interno. De esa forma daremos sentido y significado a las nuevas experiencias y, lo más importante, las disfrutaremos.

Ahora, reflexiona: ¿qué he hecho en este tiempo de contingencia?, ¿cómo lo he vivido? Es más, ¿lo he vivido?

Te invitamos a hacer este ejercicio de atención. Por media hora al menos, permanece en un lugar confortable en el que puedas sentarte cómodamente. Cierra los ojos y concentra tu mente en percibir lo que te rodea con cada uno de tus sentidos, percibe lo que escuchas, lo que hueles, lo que saboreas, lo que tocas y lo que ves como si estuvieras contemplando ese preciso momento, dejando a un lado los pensamientos. Luego abre tus ojos y observa con detenimiento tu alrededor, vuelve a cerrarlos e intenta quedarte en cada sentido por treinta segundos. No juzgues lo que percibes, solo disfrútalo y agradécelo. Abre los ojos y revisa cómo te sientes (Siegel, 2017).

Aunque parezca un proceso que se da en automático, lo real es que necesitamos esforzarnos por aprender a disfrutar cada instante porque bien dicen las Escrituras en el libro de Eclesiastés: «Yo comprendí que lo único bueno para el hombre es alegrarse y buscar el bienestar en la vida. Después de todo, que un hombre coma y beba y goce del bienestar con su esfuerzo, eso es un don de Dios» (Ec 3, 12-13).

Trabajos citados:

Csikszentmihalyi, M. (2013). Aprender a fluir. España: Kairós.

Siegel, D. (2017). Cerebro y mindfulness. La reflexión y la atención plena para cultivar el bienestar. España: Paidós.

Las citas de las Sagradas Escrituras están tomadas de la Biblia Latinoamericana.




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