Por:
María Piedad Martínez Ocádiz
Dios no prueba a nadie por encima de sus fuerzas y está esperando de ti frutos espirituales en esta nueva etapa de nuestras vidas una vez que el confinamiento parece irse flexibilizando por diferentes razones. Una herramienta que te puede ser muy útil para lograrlo es la creatividad; ya que las épocas difíciles son oportunidades para crecer y reinventarse.
Tenemos de frente a la nueva normalidad, con la que tenemos que aprender a vivir e ir retomando lo que podamos de nuestra vida antes del COVID; ahora, sin contacto físico, sana distancia, clases online, mascarillas, etc.
Puede ser que esta situación te resulte cómoda, incluso puede ser que te estés acostumbrando a ella o, por el contrario, tal vez habías pensado que sería algo más pasajero y ya te empiezas a cansar del confinamiento.
En cualquier circunstancia que te encuentres, la creatividad es lo que hará que puedas adaptarte a la nueva normalidad de una manera más flexible y amable. También te permitirá ayudar a otros a abordarla con este mismo enfoque.
Te invito a que pienses como era tu rutina antes, qué hacías y cómo lo llevabas a cabo. Ahora reflexiona sobre cuáles de esas actividades puedes reiniciar con las debidas precauciones. Usa tu imaginación para pensar la mejor manera de realizarlas. Si son actividades que involucran a muchas personas, no olvides seguir los protocolos y darlos a conocer a los participantes, eso ayudará a que estén más confiados y seguros de asistir. No te desanimes, si viene menos gente, eso es normal, aún hay miedo y pasará tiempo para que de nueva cuenta las personas quieran salir.
Si se trata de actividades que únicamente pueden realizarse a través del internet, esta puede ser una oportunidad para adquirir nuevas habilidades y utilizar a la tecnología como aliada. Hay muchos recursos que puedes descubrir además de ser un medio por el que puedes llegar a personas y lugares a los que nunca imaginaste.
Finalmente, no olvides a tus seres más cercanos, si vives en comunidad ayuda a que tus hermanas/os retomen también sus rutinas, considerando lo anterior y escucha a quienes puedan sentirse todavía temerosos. Busca a tus amigos y familiares, e intenta hablar de algo distinto, crea conversaciones enriquecedoras y esperanzadoras.
La vida sigue y Dios cuenta con tu creatividad para que sigas con tus apostolados incluso ante el cambio de circunstancias.
Fuentes:
Csikszentmihalyi, M. (1996). Fluir. Barcelona: Editorial Kairós