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Esperanza razonable




« Aunque pase por quebradas oscuras, no temo ningún mal, porque tú estás conmigo con tu vara y tu bastón, y al verlas voy sin miedo. »
(Salmos 23, 4)


Almas Esperanza Razonable

En una ocasión, estando en una sesión de terapia hace varios años, le pregunté a mi terapeuta si él era feliz, porque en realidad no sentía que yo lo fuera, no en ese momento de mi vida. Recuerdo que él me dijo: “eso es algo que no puedo responder, pero sí te puedo decir que los malos momentos pasan”.

Yo esperaba una respuesta diferente, pero sentí que fue honesto y me pareció una contestación sensata. Es verdad, los malos momentos pasan (y los buenos también). La experiencia de vida nos enseña que así es, pero necesitamos tiempo para darnos cuenta de eso.

Esta frase “los malos momentos pasan”, la he repetido yo, ahora como terapeuta a mis pacientes, cuando la ocasión lo ha ameritado. No es una frase hecha, superficial, ni carente de significado. Tiene un sentido importante. Significa que el paciente puede tener una esperanza razonable de que su situación actual de crisis tenderá a mejorar, aunque tal vez no lo parezca en ese momento.

Casi todos vamos a terapia en medio de una crisis personal y, curiosamente, muchas veces lo peor de la crisis ya ha pasado para cuando decidimos acudir con un especialista. Ya hemos tocado fondo, y esa sensación de malestar es la que, muchas veces, nos motiva a buscar un cambio personal. Entonces intentamos nadar hacia la orilla, aunque ésta se vea lejana.

La recuperación

Buscamos ayuda cuando nos damos cuenta que nuestros esfuerzos personales no son suficientes para resolver nuestros problemas. La psicoterapia es una forma en que podemos recuperar la esperanza.

En un proceso de psicoterapia, necesariamente se construye un vínculo emocional entre paciente y terapeuta. A partir de este vínculo, se lleva a cabo un trabajo de colaboración. Poco a poco se va construyendo una dinámica de la esperanza, en la que se busca plantear metas y objetivos posibles y alcanzables. De esta manera, el paciente se da cuenta que es posible avanzar en la superación de su problema.

Un sentido de esperanza se relaciona con una mayor satisfacción en la vida, y una mejor salud física y mental. Mantener la esperanza es una parte importante de poder envejecer de manera exitosa. La esperanza tiene una relación directa con la capacidad de resiliencia. Por otra parte, la falta de ella puede orillarnos a una posibilidad de suicido, o a desarrollar un número importante de patologías mentales.

Adviento y esperanza

La esperanza también tendría una relación con la fe. Podríamos considerar la esperanza como una virtud cristiana, que nos conduce a actuar con optimismo y nos motiva a vencer las adversidades que se nos presentan. Recordemos que estamos comenzando el año litúrgico, lo que implica un periodo de preparación, alegría y esperanza. “Será para ti gozo y alegría, y muchos se gozarán en su nacimiento" (Lucas 1, 14).

Preguntas para reflexionar:

¿Cómo está su esperanza en este momento de su vida?

¿Es usted razonablemente feliz?

¿Necesita renovar su esperanza?

Sugerencias para investigar más sobre el tema:

- Puig, G. & Rubio, J. (2013). Manual de resiliencia aplicada. España. Editorial Gedisa.




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