Por:
Aura Gabriela Solis Velázquez « La vulnerabilidad es un riesgo emocional, exposición e incertidumbre, es la medida más preciada de valentía, es dejarnos ver y ser sinceros. Pero también, es donde nace la dicha, la creatividad, la pertenencia y el amor. »
(Brené Brown, 2015)
Sabernos vulnerables, nos permite generar empatía y conexión con los otros, pues nos hace conscientes de nuestra fragilidad y la de los demás. Y desde ese plano es más fácil sintonizar con los estados emocionales de quienes nos rodean.
No es un tema sencillo, pues, generalmente creemos que vulnerabilidad es sinónimo de debilidad, sin darnos cuenta de que es un acto de coraje y valentía, es dejarnos ver y ser sinceros.
Tocar nuestra vulnerabilidad nos permite conectar con aquellas personas que creemos merecedoras de escuchar nuestras historias, con las que nos sentimos a salvo revelando las cosas que nos avergüenzan, sin temor a ser juzgadas(os), en donde creamos empatía y lazos afectivos profundos. Todos necesitamos siempre entrar en relación con nuestro prójimo desde el corazón.
Es una gran oportunidad para observar y aceptar nuestra humanidad imperfecta, de ser “recipientes de barro” (2 Cor. 4, 7) que contienen un gran tesoro, para sentirnos capaces de buscar ayuda y sanación, para mostrarnos tal cual somos sin simulaciones, y de esta manera, abrirnos a Dios y a quienes son importantes en nuestra vida.
Te proponemos que realices un sencillo ejercicio:
Dirígete a un lugar en el que te encuentres tranquila(o), toma una respiración lenta y profunda. Reflexiona acerca de las siguientes preguntas.
1. ¿Cuáles son las vulnerabilidades que reconozco en mí?
2. ¿Quiénes son las personas con las que me puedo mostrar vulnerable?
3. ¿Quiénes son las personas que se acercan a mí para ofrecerme empatía y apoyo?
Contéstate esas preguntas y comienza a conectar con los que te rodean a partir de tu vulnerabilidad. Supera tus miedos y sé amorosa/o con los que forman parte de tu comunidad.
Fuentes:
- Brown, B. (2012). Creía que solo me pasaba a mí, pero no es así. Gaia Ediciones.
- La cita referenciada fue tomada de la Biblia de Jerusalén.